
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) surge en un momento crucial para el país, recogiendo los esfuerzos que a finales de los años sesenta y principios de los setenta se dieron en materia de organización de la educación, revisión de las currículas y de los métodos de enseñanza. Todo esto producto del movimiento estudiantil del 68 y de los subsecuentes movimientos en favor de la educación y de reclamos de mejoras sociales. De forma concreta, es durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez cuando se llevan a cabo reformas a la Ley Federal de Educación y se crea la Ley Nacional para la Educación de los Adultos. Se organiza la educación superior en semestres y horarios establecidos, así como se determina valorar las asignaturas por medio de créditos. También se funda el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y los centros de investigación especializados fuera de las universidades.
Los rasgos pretendidos de la nueva universidad eran los siguientes: que fuera pública, metropolitana, autónoma, innovadora en lo educativo y en lo organizacional. Su creación satisface dos impulsos principales: la demanda por escolaridad superior y el impulso de un sistema innovador y en constante transformación.
"La Sociedad tiene el importante papel de seguir promoviendo el interés por la física a todos los niveles y debe dar a conocer sus actividades. No tengo una proposición diferente de lo que ya se esta haciendo. Sólo pido que no se pierda lo que ya se ha avanzado por que un retroceso implicaría un daño muy considerable del que tardaría muchos años en recuperarse, y se perdería todo el esfuerzo de mucha gente que ha ayudado a construir a nuestra querida Sociedad Mexicana de Física a lo largo de todos estos años."
Palabras de reflexión del Doctor Marcos Moshinsky
Pionero de la SMF en entrevista realizada por la Fís. Mónica Benítez Dávila.
Revista Ciencias, UNAM. (Bol. Soc. Mex. Fís. 14-3, 2000)